domingo, 6 de marzo de 2011

Cómo mirar el mundo

Dependiendo del lente con que miremos la vida podremos vivirla a pleno... o hacer que pase de largo. Cada uno es responsable de sí mismo, pero hace falta ejercitación.

Patricia Proverbio (*)

Aprovechando las analogías que pueden hacerse entre mirar el mundo con los ojos y con el alma, me animo a acercar esta reflexión que apela a dos ciencias que tienen mucho para enseñarnos.
Así como los defectos refractivos visuales son hereditarios en su mayoría, también la manera de ver el mundo se transmite de generación en generación. Entonces, cada cual ve cosas distintas ante el mismo suceso.

Veamos definiciones.
El ver es incorporar información externa a nuestro cerebro por medio del sentido de la vista. Es recoger datos de lo real, despojados de todo sesgo particular, de toda tendencia anímica. Es un proceso natural en quienes tenemos la gracia de contar con el buen funcionamiento del sentido de la visión.
La interpretación de la realidad es adjudicarle un sentido a la información que recogemos, valga la redundancia, a través de los cinco sentidos. Ya no es un proceso libre de la impronta propia de cada cual. Esto significa que lo que miramos está totalmente teñido con nuestros pensamientos y sentimientos. La explicación de esto reside en que entran en juego varios procesos mentales que se cuelan en la tarea de "mirar", de interpretar la realidad, y esto ocurre sin que logremos advertirlo. Esto explica que cada persona, ante el mismo evento, tenga una lectura distinta debido a su propia manera de mirar el mundo. Esto es la herencia, que se hace presente en la vida de cada persona tanto en lo físico como en el psiquismo, en lo anímico y en lo espiritual (maneras de pensar y procesar la información, de posicionarse frente a situaciones y a otros) que hemos heredado de nuestras personas más significativas.
A veces esta herencia psíquica y emocional es promotora del individuo, lo estimula al crecimiento, al esfuerzo, a los logros, a la valentía, pero no siempre sucede así. Viendo que existe un paralelo entre la manera de "ver el mundo" desde la óptica y la psicología, aprovecho este paralelo que se arma entre ambas ciencias y amplío la metáfora, desarrollándola a lo largo de todo el artículo para que el lector encuentre en él un mensaje revelador y sencillo.
Pareciera que cada cual tiene puestas sus propias lentes a la hora de hacer la lectura de la vida, de hacer los propios recortes de la realidad. Hay quienes recortan sólo lo positivo de la vida, lo cual hace referencia al mecanismo de la negación de lo que le resulta intolerable al sujeto, y hay otros que sólo tienen recortes pesimistas o miradas depresivas de la situaciones totales.

Diferentes maneras de ver
Hay quienes tienen la tendencia de tener una mirada miópica de la realidad. Esto es que tienen dificultad al mirar de lejos. El no planear el futuro, no saber organizarlo, nos convierte en miopes que no podemos ver hacia adelante, ver de lejos. Sólo vemos lo inmediato, lo cual nos roba la posibilidad de un buen futuro.
Esta gente vive con gran ansiedad todo lo referido al futuro, y sufre miedos y temores injustificados y mentirosos. Sus sesgos particulares de recortar el mundo les hace ver fantasmas por todos lados, un mundo muy hostil en el cual no hay amigos, amor ni confianza. El proyectar el futuro es fundamental, y funciona como un ancla que es arrojada hacia adelante y a través de la cual nos sujetamos de la soga y avanzamos de manera saludable. A esas personas las aliento a corregirse la visión, a tomar la decisión de ponerse las lentes correctivas divergentes necesarias para el caso, que habilitan la visión lejana.
Es necesario atreverse a soñar de manera adulta, con criterio de realidad, a hacer planes de progreso, a abandonar la visión tan punitiva que han aprendido o heredado en algunos casos, o en otros los aliento a tomar modelos sanos de los cuales puedan tomarse de la manos y conducirse a un buen lugar. Ambos casos se encuentran demorados en el caminar del propio éxito. Los aliento a quitar la piedra de tropiezo de sus vidas.

Hipermetropía
En otros ocurre la hipermetropía, que dificulta tanto la visión cercana como la de distancia. Un buen caso para ejemplificarlo sería lo que bien narra la historia de Narciso, quien sólo se veía y amaba a sí mismo. Esto lo condujo a morir ahogado en un intento de capturar en un espejo de agua a alguien que se le apareció como verdaderamente hermoso y digno de adoración... su propia imagen. Este mito alude al no encuentro con los otros, lo cual es muy empobrecedor, porque, como seres humanos, necesitamos que el amor circule en nuestras vidas.
Hay también quienes poseen una mirada présbita de la vida. La presbicia dificulta la visión cercana debido a fatiga en los músculos oculares y a un cristalino endurecido. Esto podría encontrar su paralelo en la gente que tiene grandes planes para sí mismos pero no dejan de ser utopías debido al desconocimiento o inoperancia a la hora de implementarlos.
Otra manera de presbicia podría ser en personas que están atadas al pasado y no pueden vivir en el presente, poseen una mirada lejana, perdida en sus recuerdos, melancólica, como añorando un tiempo lejano..En estos casos está primando la mirada distorsionada acerca de sí mismos, el quererse mal o poco. Es no conocer las propias limitaciones y talentos, es tener en poco o en demasiado la propia persona, son problemas de autoconcepto y autoestima.
Es "mirar" mal o distorsionadamente a la propia persona, no amarse a sí misma.A esta clase de gente invito a corregir esa presbicia, a comprometerse a mirar con amor lo que tienen a la mano, que con eso se puede salir adelante, sólo se necesita la propia vida, una buena guía o terapia.
Distinto sería el astigmatismo, que de todo nos brinda una imagen deformada, tanto de lo próximo como de lo distante. Aquí el paralelo estaría graficado en quienes leen los vínculos de manera errónea debido a una mala visión tanto de la propia imagen como de la ajena.
Esto los lleva a mal comunicarse, a interpretar los hechos desde su propia distorsión y a actuar en consecuencia. Erra al blanco. Se le dificulta producir una verdadera y efectiva comunicación.
Las cataratas, que no son precisamente un vicio refractivo, sino que suceden cuando se opaca la lente natural del ojo, el cristalino, quedan graficadas metafóricamente por los estados depresivos, donde todo se ve turbio, sin brillo, tras una nube de humo. Tal vez la medicación en conjunto con la psicoterapia y la determinación de atravesar el campo infértil con valentía y sin engaños pueden ayudar.
La buena noticia es que el haber tomado modelos poco convenientes no se constituye en un factor determinante de la situación. Así como algo no conveniente ha sido aprendido, podemos deshabituarnos y re-aprender modelos más saludables.En la Consultora en Psicología donde trabajo creemos que la modalidad más eficaz de reeducación o rehabilitación de formas de ver el mundo es en espacios terapéuticos grupales donde se conjugan diferentes miradas que completan el cuadro de situación que alguno puede llevar para resolver.

La función del psicólogo
El terapeuta oficia de restaurador en algunos casos, de constructor en otros, para instaurar o crear un nuevo código menos limitante y facilitador de la comunicación adecuada entre los demás y la propia persona, ya que los vínculos tempranos nos dan forma y nos ubica en lugares propicios o de detenimiento. Esto nos ayuda a salir de repeticiones estériles, como nos narra el mito de Sísifo, que fue sentenciado a repetir sin fin algo que no tenía chance de ser productivo ni de llegar a buen término. El terapeuta nos ayuda a ponernos los anteojos correctivos apropiados para cada paciente. El propósito, en una vida es fundamental tener un rumbo y un norte orientador. No es lo mismo navegar sin rumbo a saber hacia dónde me dirijo. Conociendo mi ruta me ahorro tiempos dolorosos y esfuerzos innecesarios e inútiles.El vínculo terapeuta-paciente viene a cortar una herencia que pone en desventaja, que resta amor y propósito en una vida, rompe círculos viciosos, arma círculos virtuosos, ayuda a dejar de errar al blanco.
Necesitamos de la luz para poder ver; la luz en esta metáfora representa la visión adecuada. La visión correcta respecto de la propia vida, de quienes me rodean y de lo que me rodea, disminuye el engaño en una vida y nos proporciona la posibilidad de caminar más seguros al ver bien el camino.
Una buena mirada nos habilita a aceptar que tenemos derecho a buscar la felicidad, a aprender a reparar lo que se ha roto o distorsionado en la medida de lo posible y, si no fuera el caso, aceptar a tolerar la pérdida.
Habilitar la vista a distancia, más allá de mí, también a futuro, entender que si algo no es visible no implica su no existencia, tal vez es un talento en potencia, a desarrollar, y es susceptible de ser desarrollado si me lo propongo, ya que es requisito tomar algunas decisiones; luego, oportunidades y ocasiones acontecen a todos, pero debemos poder tomar las oportunidades de crecimiento estando preparados con el equipo de herramientas apropiado cuando se presenten.

¿Cómo se ejercitan estas habilidades o formas de ver la vida?
Los talleres sobre estas temáticas que suelo coordinar tienen como objetivo acercarles a las personas instrumentos para la vida cotidiana, para comprenderse y comprender más a su familia, empleados, jefes, alumnos o pacientes porque, en definitiva, las diferencias entre personas en la interpretación de las cosas es la causal de mayores problemas familiares y laborales.
Muchas veces lo distorsionado es nuestra propia visión... no todo es color rosa ni tampoco es todo gris. No todo depende de nuestra buena disposición, Y esto nos permite crear fortaleza, aprender a ver un abanico de colores, formas y posicionamientos diferentes.
¿Como se logra esto? Es posible de ser alcanzado en la medida en que me aventuro a convivir tolerando la diferencia, aceptando que cada cual es un ser único e irrepetible y que, en muchos casos, cada cual hace más lo que puede que lo que quiere. Esta mirada, sin dejar de ver la verdad, nos trae alivio y nos aleja del resentimiento."La luz nos revela las formas y colores de aquello que estaba previamente en penumbras". Con esta frase invito a los lectores a atreverse a iluminar sus vidas para revisar en principio cuáles son las formas y colores de la propia vida.El paso a seguir es decidirse a realizar el balance de 2010, para destacar lo aprendido, disfrutado, y lo que no se alcanzó.
De este modo delinear el estado de situación que dará lugar al diseño del plan de vida 2011. Algunas preguntas que pueden ayudar son: “ qué quiero llevar en mi equipaje del nuevo año” , “de qué quisiera desprenderme y despedirme” ; “qué deseo incorporar y atesorar” , “qué ajustes se requieren para eso”, etc.
Luego, ajustar las lentes de acuerdo a la necesidad de cada persona, lentes que faciliten un caminar sin chocarse con nadie, sin marearse por el aumento inadecuado que suele darse a ciertas cosas, que distorsiona la visión, a veces amplifica las imágenes y a veces las minimiza... reduciendo distorsiones peligrosas, y molestias por cristales empañados por nostalgias que apagan el porvenir.
(*) Lic. en Psicología, óptica contactóloga (UBA).

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