Me comí el blog. Tenia hambre de fotos de nuestras Bodas de Oro (otra vez mil disculpas por haberles fallado). Y realmente la multi cobertura con varias cámaras amigas me permitió estar allá.
En el terreno de la querida Escuela, que visitare no bien vuelva a pisar Bahía, la Sportiva, los lugares de encuentro y el broche dorado en Mar del Plata.
Debo confesarles que por mi profesión de dirigir campañas políticas, es decir tratar de entender a la gente para poder generar mensajes amables para conquistar su voluntad el dia del voto, no pude menos que, sin querer, las mirara con mucha atención.
La primera línea es para Titi, mi inolvidable compañero, a quien kilos y canas le caen muy bien. Me parece un caudillo político pampeano.
Todas las chicas elegantes e impecables como siempre. Un lujo.
Lo mas impactante es que las graficas las muestran en gestos muy similares a los de hace “medio siglo” (impresiona este volumen de tiempo, no?)
Obviamente como integrante del “C”, fueron dos años en los que nos vimos todos los días, excepto dos meses, sus siluetas me son más familiares.
No encontré a 3 recordadas amigas: Julia Peluca (fue maestra de mis hijos), Susana Martinich (mi inteligente compañerita de banco) y Nancy Rodríguez (del inseparable trío con Mucci y Moroni).
Si alguien puede darme noticias de ellas, agradecido. Tengo un recuerdo muy positivo de las 3. (dimaspettineroli@hotmail.com)
Pero lo más hermoso es que esas caras hablan de felicidad. Una dicha distinta a la del hogar. Veo, y a mi hubiese pasado lo mismo, deseos de – aunque sea por unas horas – hacer un túnel por el tiempo y volver a 1960. No tanto físicamente, (que seria muy bueno), sino en lo anímico. En ese sentimentalismo que aflora más allá de la risa sincera y espontanea. Todas las que allí estaban son personas exitosas, que han demostrado como madres, profesionales, y por sobre todas las cosas calidad de mujeres dignas, que retozaron como cuando éramos estudiantes del Normal. Es un toque de adolescencia que nos dice que estamos vivos, jóvenes por dentro y con el corazón latiendo por las cosas que realmente justifican una existencia.
Le agradezco a Graciela sus palabras por un próximo encuentro. Sera prontito.
Me encantaron los epígrafes de las fotos. Llenos de cariño y buen humor.
Las profesoras Biocca y Del Rio me trajeron nostalgias de estudiante.
Síntesis para no hacerla larga: maravillosa recopilación de momentos inolvidables para ustedes que pudieron vivirlos y sustantivos para los que los participamos en la distancia gracias al poderoso blog.
Cariños a todas y a Titi.
BOCHA PETTINEROLI
Dese el Caribe.
En el terreno de la querida Escuela, que visitare no bien vuelva a pisar Bahía, la Sportiva, los lugares de encuentro y el broche dorado en Mar del Plata.
Debo confesarles que por mi profesión de dirigir campañas políticas, es decir tratar de entender a la gente para poder generar mensajes amables para conquistar su voluntad el dia del voto, no pude menos que, sin querer, las mirara con mucha atención.
La primera línea es para Titi, mi inolvidable compañero, a quien kilos y canas le caen muy bien. Me parece un caudillo político pampeano.
Todas las chicas elegantes e impecables como siempre. Un lujo.
Lo mas impactante es que las graficas las muestran en gestos muy similares a los de hace “medio siglo” (impresiona este volumen de tiempo, no?)
Obviamente como integrante del “C”, fueron dos años en los que nos vimos todos los días, excepto dos meses, sus siluetas me son más familiares.
No encontré a 3 recordadas amigas: Julia Peluca (fue maestra de mis hijos), Susana Martinich (mi inteligente compañerita de banco) y Nancy Rodríguez (del inseparable trío con Mucci y Moroni).
Si alguien puede darme noticias de ellas, agradecido. Tengo un recuerdo muy positivo de las 3. (dimaspettineroli@hotmail.com)
Pero lo más hermoso es que esas caras hablan de felicidad. Una dicha distinta a la del hogar. Veo, y a mi hubiese pasado lo mismo, deseos de – aunque sea por unas horas – hacer un túnel por el tiempo y volver a 1960. No tanto físicamente, (que seria muy bueno), sino en lo anímico. En ese sentimentalismo que aflora más allá de la risa sincera y espontanea. Todas las que allí estaban son personas exitosas, que han demostrado como madres, profesionales, y por sobre todas las cosas calidad de mujeres dignas, que retozaron como cuando éramos estudiantes del Normal. Es un toque de adolescencia que nos dice que estamos vivos, jóvenes por dentro y con el corazón latiendo por las cosas que realmente justifican una existencia.
Le agradezco a Graciela sus palabras por un próximo encuentro. Sera prontito.
Me encantaron los epígrafes de las fotos. Llenos de cariño y buen humor.
Las profesoras Biocca y Del Rio me trajeron nostalgias de estudiante.
Síntesis para no hacerla larga: maravillosa recopilación de momentos inolvidables para ustedes que pudieron vivirlos y sustantivos para los que los participamos en la distancia gracias al poderoso blog.
Cariños a todas y a Titi.
BOCHA PETTINEROLI
Dese el Caribe.
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